jueves, 23 de enero de 2014

Tres años contigo, mi amor

Mañana hará tres años que soy más feliz! Mucho más feliz! Tres años con sus treinta y seis meses. Tres años en los que han pasado muchas cosas, buenas y no tan buenas, pero tres años en los que la balanza siempre ha terminado por pesar más en el lado positivo. Y lo ha hecho gracias a ti, Mario.
Desde el momento en que llegaste nos cambiaste la vida. Y no me refiero a las noches en vela, nuestras nuevas ojeras, los cambios de pañales, las visitas al pediatra, la introducción de nuevos alimentos o la desaparición de nuestra vida social y nocturna, que también! Hablo de los cambios de verdad; esos lentos y pequeños que, sin darnos cuenta, nos han ido cambiando desde dentro hasta transformarnos en personas nuevas. Incluso me atrevo a decir en personas mejores.
Hiciste que nos diéramos cuenta de las cosas que de verdad importan. De repente con una sonrisa conseguiste (y consigues) que nada más fuera importante. Con un beso nos hiciste sentir las personas más ricas del universo. Con una lágrima nos impulsaste a ser más rápidos y eficaces en el consuelo. Con un abrazo nos enseñaste a sentir el amor más infinito y profundo perfectamente correspondido.
Tu reino absoluto duró poco, mi príncipe. Con algo más de un año asumiste que ibas a tener una hermanita y antes de que pudiéramos darnos cuenta ejercías de hermano mayor de una manera asombrosamente ejemplar. Tu cuna pasó a ser de Carmen, igual que tu antigua habitación; tu trona y tus juguetes dejaron de ser solo tuyos, como nuestro cariño y nuestro tiempo... Y sin embargo has sabido enseñarnos a todos que la vida, compartida, es mucho mejor.
Gracias por estos mil noventa y cinco días contigo. Días de incalculables sonrisas, de diversión, de tensión, de paz, de ruido, de palabras, de carreras, de armonía, de amor, de felicidad.
Te quiero infinito, Mario! Feliz cumpleaños, mi amor!