viernes, 29 de marzo de 2013

Flores en días de lluvia

Desde que llegamos a Ourense el domingo pasado apenas ha dejado de llover... Tan sólo pequeñas treguas que nos han permitido salir a pasear una tarde y jugar en el parque otra mañana... Pero la lluvia no ha sido el único inconveniente de esta extraña Samana Santa... Los mocos y las fiebres, como no podía ser de otro modo, también han hecho acto de presencia. Menos mal que aquí tenemos un buen equipo de adultos con imaginación de niño que hace que los días grises se iluminen incluso dentro de casa...
Algunos de los placeres de interior de los que hemos disfrutado pasan por la degustación de la "Palomeque", así hemos bautizado en el 6º C a la deliciosa tarta Sacher que la prima Palo preparó para el cumple de la prima Saleta. También están los dibujos que pintamos con la prima Eli, las carreras de coches con el primo Julio, conocer a la nueva primita Daniela mientras saboreamos un exquisito granizado de fresa natural hecho por el primo Gabi, los baños y chapoteos con la abueliña, afeitarse con la espuma del abuelo y, cómo no, las innumerables aventuras que vivimos con Cuscús cada día!
Carmen y Mario están disfrutando mucho aquí! A la peque no le faltan brazos que la quieran coger, y hasta tiene un guardián peludo que no se separa de su carro cuando duerme y la protege frente posibles intromisiones en sus dulces sueños (porque cómo está durmiendo de bien mi niña! Sí, la que no nos dejaba descansar ni de día ni de noche hace sólo un mes!). Y Mario... Mario está desarrollando nuevos superpoderes! Tiene dominado el tema de ir al baño; tan sólo usa el pañal para dormir por las noches y aún así se despierta seco y pidiendo que le lleve a hacer pis!
Ayer por la tarde salimos a la calle con la abuela y Cuscús a pesar de que el cielo amenazaba abiertamente con lluvia... Dimos un paseo y nos adentramos en la boca del lobo: el centro comercial. Después de esquivar mareas de gente, aguantar mucha mala educación y agobiarnos sobremanera, decidimos volver a casa. Fue en ese momento en el que la lluvia nos agasajó con su presencia. El camino de vuelta al ritmo de un niño de 2 años se alargó un poquito en tiempo. Menos mal que llovía flojito! Carmen lloraba dentro de su carrito vestido de burbuja. Quería comer y yo quería llegar a casa para poner fin a su hambre... Le pedí a Mario varias veces que aligerara el paso, que Carmencita quería teta. Pero de repente, en uno de mis requerimientos de aceleración me giré y vi a mi amorciño cogiendo dos florecitas con la abuela. Con una en cada mano vino corriendo hacia nosotras. Con su parka verde y la capucha puesta. Levantó la cabeza, nos regaló la sonrisa más bonita del mundo y de repente, bajo la lluvia y el cielo oscuro, nos dio esa flor amarilla que brillaba más que cualquier sol de verano... Entonces recordé esto que leí en un blog precioso:

"RESPIRA. Serás madre toda tu vida.
Enséñale las cosas importantes. Las de verdad.
A saltar en los charcos, a observar a los bichitos,
a dar besos de mariposa y abrazos muy fuertes.
No olvides esos abrazos y no se los niegues NUNCA:
puede que dentro de unos años los abrazos que añores
sean los que no le diste.
Dile CUÁNTO LE QUIERES
siempre que lo pienses.
Déjale imaginar. Imagina con él.
Déjale llorar. Llora con él.
Las paredes se pueden volver a pintar.
Los objetos se rompen y se reemplazan
continuamente.
Los gritos de mamá
DUELEN PARA SIEMPRE.
Puedes fregar los platos más tarde.
Mientras tú limpias él crece.
Él no necesita tantos juguetes.
Trabaja menos y quiere más.
Y, sobre todo, RESPIRA.
Serás madre toda tu vida.
Él sólo será niño una vez."

Esas flores en días de lluvia son las que hacen que la vida sea maravillosa!

lunes, 25 de marzo de 2013

El diluvio!

Ayer fue un día de viaje. Carretera, gasolinera, más carretera y por fin en la que fue mi casa tanto tiempo... No había mucho tráfico. Tuvimos una buena jornada; cantamos canciones infantiles con los abueliños, dormimos (bueno, durmieron los bebés y la abuela!), y hasta pudimos ver un enorme y precioso arcoiris que nos daba la bienvenida a nuestra terriña! La lluvia nos acompañó gran parte del trayecto, como era previsible...
Cuando entramos en Ourense, los abrigos de la gente invitaban a pensar que la temperatura no era agradable. Plumíferos, botas, bufandas y paraguas, muchos paraguas, aunque estaban cerrados. El agua había dado una pequeña tregua...
Por fin llegamos a casa! Aparqué en el garaje, y la abueliña subió con sus niños a casa. Yo ayudé a mi padre a subir el equipaje: una sola maleta (grande, eso sí...) y las sillas de Mario y Carmen, mi bolso y una bolsa de mano para el viaje con pañales y comida... Cuando llegamos al piso Cris nos abrió la puerta con cara de póker. "Tengo una mala noticia", nos dijo. Yo temblé... Y de repente nos acompañó a nuestra habitación y zas, sorpresa! Una mega gotera justo encima de la cama! Las consecuencias, un trozo de techo caído, la pintura de la pared desconchada, el cabecero de madera empapado y la cama, con sus cojines, almohadones, edredón y hasta el colchón, con una gran marca de agua... Y todo ello impregnado por ese inconfundible olor a humedad que ni el riquísimo ambientador de mi tía Paloma consiguió esconder...
Tuvimos que recolocar toda la habitación. No queríamos arriesgarnos a recibir en plena fase REM del sueño un susto en forma de yeso... Movimos las mesillas de noche y arrimamos la cama a una pared.Cambiamos también la orientación de nuestras cabezas a los pies. Y dormimos... De un tirón. Descansamos toda la noche a pesar del atronador sonido de la lluvia al golpear las cubiertas de los tendederos del patio interior al que da nuestro cuarto... Nos acostamos con esa música y nos despertamos con ella... Y sigue sonando a estas horas... Sin embargo, no sé si es la fuerza de la costumbre, el amor a mi Ourensiño o simplemente las ganas que tenía de estar aquí, pero os aseguro que la lluvia, en Galicia, se lleva mucho mejor!
Así que esta tarde, a pesar del mal tiempo, nos pondremos nuestras botas, cogeremos nuestros paraguas y cubriremos el carrito de Carmen con ese incómodo plástico para efrentarnos al diluvio y conocer, por fin, a la nueva prima Daniela.


sábado, 23 de marzo de 2013

Las maletas

Me encanta viajar. Y a quién no? Pero confieso que eso de hacer maletas lo llevo muy mal... Antes, cuando viajaba sola, no me gustaba. Siempre pensando qué llevar, los "porsi" (por si llueve, por si hace frío, por si hace mucho calor, por si salimos alguna noche...), intentando no cargar mucho la maleta y, finalmente, sentándome encima de ella para cerrarla! Por más veces que me lo he propuesto, nunca he conseguido viajar ligera de equipaje... Y ahora, con dos monstruitos que se manchan sin parar, no os quiero ni contar! Vamos, que menos mal que tenemos la furgo del rock para viajar, porque si no, entre carrito y silla de paseo, los asientos homologados para los niños, las maletas, la bolsa de comida y la bolsa con mudas ("porsi") para el viaje, juguetes, bañera, cuna plegable... no cabría ni un pie en el coche! Ni un pie ni la mitad de las cosas que he enumerado...
Mañana nos vamos a Ourense, adelantamos las vacaciones de Semana Santa unos días, y yo todavía no he empezado a hacer las maletas... No sé ni cuál (o cuáles) me llevaré! En un momento empezará mi particular guerra con los armarios... Los armarios! Porque son tres en los que tengo que meterme a seleccionar, y el más fácil me temo que será el mío... Lo de elegir qué ropa llevar para los niños es tremendamente engorroso! Mudas, mudas y más mudas para el bebé, y ropa de batalla para el hombrecito... Pero no es solo ropa lo que hay que coger... Que si sacamocos, que si termómetro, que si un champú para la costra láctea, que si cremas, los cepillos, pañales, colonias, chupete... Todo tiene que caber en la maleta (o maletas...) para, al llegar al destino, salir de ella y ocupar nuevos armarios, cajones y estantes...
Aaaaay y todo tiene que volver luego!
Bueno, nos queda lo peor de este viaje: hacer las maletas y tirarnos seis horazas en carretera mañana, pero con la ilusión de ir a disfrutar de unos días maravillosos a la terriña, con la familia, con los amigos, con la comida...
He dicho que aún queda lo peor? Rectifico, lo peor no es hacer la maleta, ni deshacerla, ni conducir muchas horas con lluvia (que es lo que nos va a tocar...). Lo peor, sin duda, es tener que volver a hacer las maletas cuando terminen las vacaciones!!!



viernes, 22 de marzo de 2013

Viernes, que te quiero, viernes!

Los viernes siempre han sido mis días preferidos! Igual que para los Easybeats, por eso hay que ponerles música.
Cuando trabajo y suena el despertador un viernes lo paro de un modo diferente, con más ganas y mejor humor. Sé que en unas horas comenzará el descanso del guerrero y afronto la jornada laboral con más energía, como si eso fuera a acortar el tiempo en la oficina, a pesar del cansancio acumulado a lo largo de toda la semana. Ahora que mi trabajo consiste en criar a Carmencita tengo esa misma sensación por extraño que parezca. Muchos todavía piensan que cuando estás de baja por maternidad no hay despertadores a los que obedecer, ni horarios que cumplir ni diferencia que hacer entre un lunes, un viernes o un domingo... Ay, amigos, pues no es así!
Aquí sigue sonando la alarma cada mañana, porque los hombres de la casa tienen obligaciones fuera de ella. Así que a las 7:30 de la mañana todos en pie para desayunar. Yo aseo y visto a Mario mientras Arturo se ducha y se prepara con sigilo para no despertar a Carmen, que duerme en nuestro cuarto. Despido a mis amores en la puerta, en pijama y despeinada, y atiendo el reclamo de mi niña, que ya quiere teta. Continúo con las tareas diarias en los ratos que me deja mi pequeña granujilla. Pero es viernes, y hoy todo se hace más llevadero. Como cada día, espero con ansia a que lleguen mis chicos y me planten unos besos reconstituyentes y reconfortantes. Y después de comer y tomar un café, trazamos nuestro plan para la tarde del viernes. Casi siempre es el mismo, pero hay días en los que el cansancio hace mella y es necesario retrasar la hora de salida...
Los viernes siguen siendo mis días preferidos, aunque se limiten a ir al súper en familia para llenar la nevera de cara al fin de semana, comprar algún capricho barato (una tableta de chocolate o unas chuches, que el bolsillo no da para más!) y disfrutar de esa pequeña "excursión" con los niños. Hay que ver cómo te cambia la vida esto de la maternidad y/o paternidad... Ya no planificas la noche, sino el día; no eliges a qué fiesta ir el sábado, sino el restaurante en el que comer, como mucho; no te fastidia que llueva porque te estropea el alisado de pelo, sino porque es un incordio tener que poner la burbuja al carrito de paseo... Sin embargo he descubierto que esto de tener tu propia familia es maravilloso, porque convierte en especial el gesto, la palabra o el acto más cotidiano...
Hoy, además, es uno de esos viernes algo diferentes... Esta tarde, después de comer, casi sin reposar el café, y antes de ir a la compra, tenemos una cita en la tele... Pero esto es otra historia que ya os contaré... Lo que realmente hace que este viernes sea especial para mí es que mañana llegarán mis padres a Toledo, así que yo me siento extremadamente contenta!
Y ahora, a disfrutar del viernes. Aunque llueva...

jueves, 21 de marzo de 2013

Sapore di sale...

Sí, ya sé que acabamos de inaugurar la primavera, pero aquí sigue haciendo fresco... Yo, que tengo el cuerpo y la mente preparados para aguantar lluviosos y fríos inviernos, como buena gallega que soy, ya me he cansado de éste! Y me he cansado tanto de la nieve, las temperaturas bajo cero y los días negros que ya no me conformo con la primavera... Quiero que llegue el verano! Quiero que llegue y se quede para siempre. No importa que el calor apriete, o que el suelo empedrado de la ciudad queme las plantas de los pies. Quiero salir a pasear con mis hijos a última hora de la tarde, bañarme en la piscina y cenar en el jardín. Quiero ir a Galicia, disfrutar de la playa y tomar el sol. Pero de lo que más ganas tengo este verano es de vestir a mi muñeca con sus vestiditos, braguitas y capotitas! Ay, pero qué fan soy de jugar a "Mariquitas Pérez"! Si ya lo hacía con Mario aunque con un aire informal (a su padre no le gustaba nada cuando le ponía capotas... con lo guapo que estaba mi niño!). Pero ahora estoy deseosa de ponerle a Carmen todos los conjuntitos que tengo en su armario!
Hoy he deseado el verano porque esta mañana, mi querido cartero ha venido a casa a traerme un paquete hecho con mucho mimo desde Galicia. Es de una amiga, María, ex compañera de trabajo allí, que me manda vestiditos muy fresquitos, de piqué, de flores, rosas, verdes y azules... con sus chaquetitas tejidas a mano por su madre (una delicia!), algunas capotas a juego, y ropita de playa... Y todo perfectamente empaquetado, con un olorcito a limpio que te atrapa y, claro, con todo eso entre mis manos he cerrado los ojos y me he visto en Portonovo, con mis pequeños, jugando en la arena, paseando por el pueblo, y disfrutando de parte del verano en familia. Llevo muy mal eso de vivir lejos del mar. Y eso que yo soy de Ourense, la única provincia gallega que no lo tiene... pero saber que está a tiro de piedra no tiene precio!
Hoy he pensado en el próximo verano y mi mente se ha llenado de imágenes del pasado. Es curioso! He recordado a mis vecinos de la playa, a la pandilla del camino, los mercadillos que montábamos en las escaleras de la entrada de casa, los atardeceres en la orilla, los días al sol, las excursiones a las rocas, las peleas de primos, los amiguitos de castillos de arena, las sardinadas, los culetines preciosos que nos ponía mi madre y un sinfín de cosas que hacen que el verano siempre haya sido para mí lo mejor del año! Mario ya ha pasado dos veranos en la playa y podemos decir que le ha encantado por lo mucho que ha disfrutado saltando las olas, salpicando a su abuelo y llenando todo de arena... Me alegra muchísimo,  porque yo quiero que mis hijos tengan el día de mañana ese buen sabor de boca que han dejado en mí los veranos de mi infancia... Quiero que mis pequeños también quieran sentir ese "sapore di sale" cargado de recuerdos y buenos momentos...





miércoles, 20 de marzo de 2013

Cumpleaños feeeeeliiiiiiz!!!!

En casa seguimos de celebraciones... Si ayer era el día del padre, hoy es primavera de manera oficial, ha salido el sol y ya no hace tanto frío... Pero lo más importante de este día, que acompaña a celebrar, es el cumpleaños de mi amor, mi costilla, mi Arturo!
Es el séptimo año que celebramos juntos este día. Siete años en los que hemos pasado de ser novios en la distancia a estar comprometidos, casados, intentando tener un bebé, disfrutando de los primeros meses de Mario, esperando sin saberlo otro bebé, y hoy, por fin, disfrutando de la familia que siempre, desde que era niña, soñé. Siete cumpleaños bonitos, especiales, y siete años en los que he intentado sorprenderte.
Hoy te has levantado después de una noche con fiebre y has sido tú el que me ha despertado con un beso. Feliz cumpleaños, te respondí.
He aprovechado tu corta ducha para sacar tu regalo de mi escondite y colocarlo en tu silla de la cocina. Hemos preparado juntos los desayunos y hasta que no te has ido a sentar no lo has visto. Creo que te ha gustado.
Luego te has  ido como cada día con Mario. Le habrás puesto musiquita, porque siempre se la pones y él siempre te la pide por si se te olvida! Primera parada, la guarde. Después has ido a trabajar con una sonrisa, pastas y chuches para tus compañeros y alumnos del cole. Y eso que hoy es miércoles y los miércoles no tienes descanso ni para tomar un café!
Yo me he quedado aliviada, porque te has despertado mejor, y contenta, muy contenta por comprobar, una vez más, que a pesar  de cumplir años tú sigues siendo un chaval! Prepararé una comida que sé que te gusta (que nos gusta!) y disfrutaré todo lo que pueda de nuestra pequeña hasta que volváis a casa.
Hoy es tu cumpleaños, mi amor, y quiero felicitarte por estos 37 años vividos. Pero también quiero felicitarte por enseñarme la constancia, el esfuerzo, el trabajo. Por contagiarme el empeño para conseguir algo. Te felicito por alcanzar muchas de tus metas; por tu ilusión y riesgo a la hora de organizar algo (como el festival que vas a sacar adelante tú solito!). Tienes que estar muy feliz porque sabes enfrentarte a las dificultades y procurarnos el bienestar a los cuatro. Y te felicito también, o mejor, te doy las gracias por esos dos niños maravillosos que me has regalado! Felicidades por hacer que Mario, a sus dos años, tenga ese amor por la música, por escucharla contigo, por tocar contigo! Felicidades por arrancar las sonrisas más bonitas de Carmen cuando le hablas o la acaricias. Si nuestros hijos siguen tu ejemplo serán, sin duda alguna, dos grandes personas de honor, humildes y desinteresadas. Sabrán mostrar su amor y respeto a quien sea digno de él. Y serán capaces de luchar por lo que quieren, como siempre has hecho tú.
Lo estás haciendo muy bien; como marido, como amigo, como compañero, como padre... Espero pasar otros 37 años más contigo (como mínimo!) para seguir aprendiendo a tu lado de todo lo que tienes que ofrecer al mundo. Vales tu peso en oro! (Jijijiji...)
Te queremos infinito!

martes, 19 de marzo de 2013

Querido papá:

Hoy no llegaré a casa con una piedra pintada de mariquita para que utilices de pisa-papeles en la mesa de tu oficina. Ni si quiera podré darte un beso antes de que vayas a trabajar. A cambio te llamaré para felicitarte el día y mandarte un beso a través del teléfono (maldita distancia!). Y ya está. Porque aunque somos de charla fácil y palabra ligera, a los dos nos cuesta decirnos a la cara algunas cosas, como por ejemplo "te quiero". Vamos, a tí hasta te da la risa cuando te pido un beso! Sin embargo hoy te lo voy a decir (aunque sea por escrito, que es algo más fácil para mí).
Te quiero y te requetequiero cada día de mi vida! Te quiero por haberme sacado el pañal cada vez que entrabas en casa solo para que yo me sintiera más cómoda y liberada (así lo cuenta mamá, que también dice que nos los sacabas muy rápido pero nunca nos los ponías... jajaja). Te quiero por haberme llevado al cole cada mañana hasta que fui capaz de ir sola. Te quiero por abrazarme cuando lloraba, encenderme la luz del pasillo cuando tenía miedo o contarme historias cada noche para que pudiera dormir con una sonrisa. Te quiero porque me llevabas al lago secreto a vivir aventuras con mamá y las niñas. Te quiero por ayudarme con los deberes aunque llegaras tarde del trabajo. Te quiero por animarme siempre, incluso en mis fracasos, a seguir adelante.Te quiero por no perderte ni un partido de baloncesto de los que jugué aunque fueran insufribles. Te quiero por apoyar siempre, de manera incondicional, mis decisiones aunque a veces sean arriesgadas, incorrectas o peligrosas. Te quiero porque me das los mejores consejos. Te quiero porque me enseñas cada día a querer ser mejor. Te quiero porque preparas los mejores desayunos del mundo. Te quiero porque eres positivo, siempre. Te quiero porque me contagias la risa incluso cuando no hay que reir. Te quiero porque eres entrañable con tus despistes, con tus rollos patateros, con tus doscientas llamadas al día, con tu Vaini... Te quiero porque, por encima de todo, me has enseñado que la familia siempre tiene que estar unida. Te quiero porque adoras a tus nietos. Te quiero porque me enseñas cómo tratar a las personas. Te quiero porque eres especial, auténtico y único. Te quiero porque eres el mejor padre del mundo.
Te quiero.


lunes, 18 de marzo de 2013

Lunes de paracetamol...

Cuando tienes hijos comprendes que sus males son los tuyos también. Literalmente hablando! Además de sufrir y padecer con ellos, sufres y padeces tú, en tus propias carnes... Y es que parece increíble la potencia y facilidad de transmisión que tienen los mini virus que se instalan en sus cuerpecitos y pasan a cuerpos mayores, principalmente los de los padres, con efectos devastadores.... Deben someterse a una súper mutación en el camino, porque si a los peques les dura un día o dos "lo que quiera que sea que tienen", a los padres nos agarra, como un luchador de wrestling haciendo un candado, y nos tumba durante más días y con peores resultados...
El invierno y la guardería son los mejores amigos de los dichosos virus, que se convierten en compañeros inseparables de nuestros niños durante meses... Llega un momento en que ya no sabes desde cuándo el crío tiene mocos... Te acostumbras a vivir con ello y lo único que hace saltar tu alarma es la fiebre. Por eso en casa siempre hay Apiretal para ellos y paracetamol para nosotros... 

Ay, el paracetamol! Yo que siempre lo he menospreciado frente a un buen ibuprofeno... Tengo una amiga que dice del paracetamol que es como tomar agua con azúcar... Yo pensaba lo mismo, sí, pero eso era antes... Antes de tener más fiebre en un curso escolar que la que había tenido en los últimos 10 años! Antes de tener dolor de cabeza día sí y día también. Antes de ser madre lactante y no querer alterar la leche. Antes de convivir con esos virus, mocos, estornudos, gastroenteritis...
Disculpad que no siga escribiendo, pero tengo que ir a tomarme un paracetamol...

Mothers little helper



domingo, 17 de marzo de 2013

Despertares...

Despertar solo es agradable cuando lo haces por tí mismo, sin nada que te indique que ya es la hora de levantarse. Bueno, eso pensaba yo... Cuando lo que te despierta no es una alarma estridente, sino un beso cargado de babas, un manotazo (corrijo, "manotacito") en la cara o una vocecita que dice "mami, te quiero infinito"... entonces despertar es delicioso! Sí, es delicioso aunque sea a las 8 de la mañana un domingo... Al fin y al cabo, tenemos todo el día para descansar... o no?
Lo bueno de madrugar los fines de semana es que me permite escribir, leer, dedicarme a mis niños, ver dibus, pintar, escuchar música mientras me conecto a internet... pero también tender lavadoras, preparar la comida, limpiar (aunque esto es cosa de mi costilla... es él el que mantiene la casa limpia. Gracias por todo eso, amor!). Pero para mí, lo mejor de estos despertares de fin de semana es el desayuno. Siempre, desde que era niña, lo ha sido. Es uno de esos pequeños placeres que siempre he apreciado. Me encanta desayunar con calma, hacer tostadas y disfrutar de ese momento. Es algo que a diario no nos podemos permitir porque hay que desayunar a la velocidad del rayo para preparar a Mario para la guarde (en breve también a Carmencita), prepararnos nosotros y salir pitando con el coche a la jungla de la ciudad, entre claxons, peatones despistados, conductores más despistados aún y atascos... Y todo este infierno para ir a trabajar!
Pues eso, que es domingo, nos hemos despertado temprano y llevamos ya varias horas haciendo cosas, pero todavía queda mucho por hacer...
Que tengáis un gran día de descanso, en especial hoy se lo deseo a mis primos, Gabi y Marta, que se han despertado por primera vez (porque es la primera noche que duermen...) con una preciosa muñequita llamada Daniela...  Dentro de nada la tendréis saltando en vuestra cama y pidiendo el desayuno a gritos!!!



sábado, 16 de marzo de 2013

Hora de aventuras

Descubrí las aventuras como todos, me imagino; cuando era niña. Pero no las descubrí sola. Yo era más bien una niña buena, modosita, obediente y complaciente. No me gustaba meterme en líos... Pero mis superpadres tuvieron la gran idea de regalarme una hermanita. Antes de que yo cumpliera 2 años nacía Cris. Fue una auténtica revolución en casa! Trajo los llantos y la desesperación de mis superpadres y mi superabuela (que vivía con nosotros) en los primeros meses. Luego creció y trajo algo hasta ahora desconocido para todos: las travesuras. Fue así como descubrí las aventuras. Mi hermana es una aventurera nata. El año pasado, después de un golpe duro en su vida, cogió la tía, que jamás ha practicado deporte de manera constante, una mochila con cuatro cosas, se plantó en Oporto y ella solita hizo el Camino de Santiago! Y en menos tiempo del estimado! Cris, mi hermana aventurera, es la madrina de Mario. Mario la ha rebautizado como "Cuscús". Cada vez que se juntan el mundo se para y ellos le dan la vuelta. Quiero decir que lo ponen todo patas arriba! Entre todas las cosas que hacen juntos está el ritual de cantar "su canción", que define muy bien a mi hermanita y su relación con Mario. Dice así:
"Marido y Cuscús viven aventuras...
Mario y Cuscús hacen travesuras...
Lo pasan geniaaaaaaaaaal...
Porque todos los días juegan sin parar..."
Cuando cantan esa canción les brillan los ojos, sus voces suben el volumen de purita emoción y creo que se ponen hasta nerviosos... Pero, efectivamente, Mario y Cuscús cumplen su palabra!
Mi hermana me enseñó a vivir aventuras en el pasado. Ahora le enseña a Mario. Y sin darse cuenta, juntos, nos recuerdan que la vida es una aventura! Nos devuelven la frescura, la inocencia y el descaro que, por una cosa u otra, los mayores hemos escondido detrás del saber estar.
Hoy es sábado y, por tanto, es un día perfecto para vivir aventuras con nuestros hijos! No está Cuscús, pero papá y mamá sabremos copiar su actitud y divertirnos con nuestros dos monstruitos! Feliz día, aventureros!

viernes, 15 de marzo de 2013

Botones...

Antes de que naciera Mario no me preocupaba en absoluto por esas piececitas para abrochar determinadas prendas... Solía usar muchos jerséys de cuello vuelto y camisetas de algodón, de las de toda la vida. Y vestidos, muchos vestidos... Ni siquiera unos días antes de dar a luz, cuando compré mis primeros sujetadores de lactancia, me percaté de la importancia que, unas semanas después, tendrían los botones para mí... Y es que de repente, alumbras a tu hijo, te lo ponen encima para fomentar eso del contacto "piel con piel" (la sensación más bonita que he experimentado nunca!), y cuando menos te lo esperas estás en una sala de lactancia con unas matronas muy simpáticas que te explican que el pecho se da "a demanda". A demanda! Nada de "cada tres horas", como nos decían nuestras abuelas. Y claro, hasta que no llegas a casa y compruebas que la demanda de los recién nacidos es contínua, no te das cuenta de lo incómoda que es toda tu ropa. Así que en ese momento decidí renovar mi vestuario.
Suena atractivo. El sueño de cualquier mujer. Pero no, no me fui como Julia Roberts en Pretty Woman por Rodeo Drive a golpe de talonario; lo mío fue más cutre...
Tuve suerte porque Mario nació a finales de enero. Pillé las mejores gangas en las últimas rebajas y llené mi armario de chaquetas, camisas, y vestidos con botones, muchos botones, para poder alimentar a mi cachorro donde quiera que estuviera. Lo de la ropa de lactancia no lo veía claro... Al fin y al cabo no sabía cuánto iba a durar ese período y es una ropa cara a la que luego no das uso... Opté por lo práctico.
Desde entonces desarrollé una (extraña?) obsesión por todo aquello que va abrochado. Y ahora, con Carmen colgada de la teta tooooooodo el día, he recuperado la tradición de usar blusa los días de fiesta (que son los pocos días que salgo de casa para hacer algo que no sea la compra, como ir a comer en familia o dar un corto paseo por algún rincón de la ciudad). Hasta las camisetas que utilizo con mi adorado chándal (en su versión moderna de leggins, deportivas y camiseta) tienen botones, como mis pijamas; así puedo amamantar de forma rápida y fácil a mi cría. Incluso las sudaderas que uso llevan cremallera!
Y bueno, he de decir que si bien esto de la lactancia materna es muy bonito, sano y económico, también es un gran enemigo de la coquetería... Yo nunca me había imaginado que iría descamisada (o descamisetada) todo el día, con un sostén "de abrir y cerrar", ni mucho menos que estaría dispuesta a dar de mamar a mis hijos cualquier lugar público y delante de cualquier persona (y si no que se lo pregunten a mi prima... verdad, Eli?)... Pero por un hijo, una hace lo que sea!
Desde que tengo a mis niños ya no me fijo en las prendas como antes... ahora solo veo botones, corchetes y cremalleras... Ellos son mi único "must have" de temporada...



jueves, 14 de marzo de 2013

...Y de superhijos

"Mamá, quiero hacer pis en el orinal". Esta es la frase que más se escucha en casa últimamente! En el momento en que suenan esas palabras con voz frágil pero segura, dejo todo lo que estoy haciendo; da igual tirar el móvil, quitar a la niña de la teta y tumbarla en la hamaca, o soltar el estropajo y secarme rápidamente las manos... En el momento en que Mario me comunica que quiere hacer pis, corro a lo  Aries Merritt para bajar el pantalón y ese calzoncillo minúsculo que usa ahora y ayudarle a sentarse en el orinal. Tan sólo unos segundos después, él, muy contento, me dice "ya he hecho pis" y se levanta al tiempo que se gira para observar su gran hazaña. Y aplaude.
Yo, que le animo desde la grada, aplaudo también; jaleo y le llamo campeón una y mil veces! Siento el orgullo desmedido de una madre que presencia los pequeños grandes logros de su hijo. Me siento feliz. Mario se siente feliz. Sonríe con la cabeza alta.
Mientras, Carmencita (así la llama Mario) observa la escena, atenta, como si entendiera lo que está pasando, el gran paso que está dando su hermano, y nos hace partícipes de sus avances, porque también los hay.
De repente, y sin previo aviso, nos mira y sonríe. Hace algún gorgorito (que estoy segura que significa "bravo, campeón!") y, cuando le apetece, responde a nuestros besos con dulces carcajadas...

Esto, señores, son superpoderes! Los superpoderes que tienen nuestros superhijos, que hacen que algo tan cotidiano como hacer pis o sonreír se convierta en un gran momento, importante donde los haya, de nuestra vida juntos...




miércoles, 13 de marzo de 2013

De superpadres...

Siempre admiré a mis superpadres y sus superpoderes. Entre todos los que tienen, y son muchos, me impresionaba la fuerza de mi supermadre, que después de pasar todo el día trabajando fuera de casa nos recogía a las 6 de la tarde en el colegio y nos llevaba volando para llegar a tiempo a ver Heidi (o Pipi Calzaslargas o lo que tocara en cada momento) mientras merendábamos... Ahora no sé quién disfrutaba más de aquellos ratitos, si nosotras o ella... (Desde que es abuela echa mucho de menos aquella época de elegir telas para hacernos los vestidos más bonitos del mundo y peinar largas melenas al más puro estilo Rapunzel...). Mi supermadre todavía conserva sus superpoderes. Tiene la misma fuerza, que dosifica en sus largas horas de oficina, y la utiliza para poder hacer la compra, llegar a casa, limpiar, planchar (si no toca tender antes una lavadora), preparar la comida del día siguiente, ir a yoga y por fin asaltar el sofá después de cenar para pronunciar una de sus frases favoritas: "es la primera vez que me siento en todo el día". Su fuerza, su tesón, su empeño y el amor por los suyos, que es el que dirige al resto de sus superpoderes, hacen de mi supermadre una visionaria, porque ella, desde mucho antes de que lo hiciera Obama, nos viene repitiendo cada día (con su ejemplo y sus palabras) eso de "Yes, we can!".
Creo que tiene otro superpoder único en el universo y es su capacidad de quedarse dormida en los lugares y posturas más incómodas jamás vistas y dormir plácidamente! Pero este ya es otro tema...
Mi superpadre también tiene superpoderes! Tiene uno que ya casi se ha extinguido entre los superhéroes: el buen humor! Desde que puedo recordar, mi superpadre nos ha despertado tooooodas las mañanas con la mejor de sus sonrisas. Siempre amable, mi superpadre es un galante caballero, bromista y promotor de ese buen humor contagioso que hace que la vida sea más fácil y apetecible! Él, a pesar de haber tenido un mal día, nos acompañaba por la noche a la cama con su mejor cara siempre (porque los problemas los dejaba fuera del alcance de las niñas, como los medicamentos) y nos leía cuentos antes de dormir. Aunque a mi hermana Cris y a mi (Bea, tú eras muy pequeña...) lo que más nos gustaba era que nos contara sus historias de niño, sus aventuras en los Maristas o en el internado de Guadalajara... Las contaba con la misma pasión y entusiasmo con los que hoy echa carreras de coches con su nieto Mario o pasea con su perro, Vainillo. Se implicaba tanto (incluso reproducía sonidos como el mismísimo Larvell "Ruiditos" Jones en Loca Academia de Policía!) que siempre conseguía el efecto contrario al que buscaba... en lugar de dormirnos, nos espabilaba y abría nuestro apetito de historias y más historias... No sé si era consciente de que a través de sus ratos con nosotras, en los que animaba a nuestra imaginación a dar el estirón, logró inculcarnos muchos valores como la amistad, la generosidad, la humildad, el compañerismo o el honor (seguido de un largo etcétera...), y siempre con buen humor!
Hace poco alguien me dijo que cuando nos convertimos en padres desarrollamos superpoderes... Yo, si no es mucho pedir, quiero los mismos que tienen mis superpadres!


martes, 12 de marzo de 2013

Comer a la una... recomer a las tres y media...

Habitualmente como a las tres y media. Es la hora a la que llega mi costilla de trabajar y recoger a Mario de la guarde. Pero hay días, como hoy, en los que por algún motivo Mario se queda en casa... Entonces las tareas matutinas de la menda lerenda se ven interrumpidas constantemente porque "mami, quiero dibus", "mami, quiero pintar", "mami, ven a tocar la batería", "mami, canta"... Excuso decir que en estos días en los que Mario falta a sus obligaciones preescolares yo, sin pensarlo, me embuto en el chándal y me hago una cola de caballo cuando todavía no he abierto los ojos del todo... Porque es impensable ducharse por la mañana, por supuesto lavarse o secarse el pelo, leer o estudiar, por no hablar de completar alguna faena del tirón: las tazas del desayuno se friegan a ratos, las camas se hacen entre despiste y despiste, la lavadora se pone mientras nos aseamos y así todo... Pero con el agravante de tener que darle de comer al niño temprano, lo que implica hacer la comida mucho antes. Pero eso no es lo peor! Lo malo de pasar la mañana sola en casa con mis dos niños es el hambre (o será ansiedad?) que me entra cuando el reloj marca la una y después de darle la teta a la niña me toca darle la sopa, el arroz con pollo, o lo que quiera que haya hoy para comer, al niño...
Ya os había comentado el hambre que da la lactancia??? (Sí, mamá, dar el pecho da muuuuucha hambre aunque no lo creas!) Bueno, pues a lo que iba... que al final son días en los que como a la una, por acompañar a Mario o por terminarme sus sobras, y recomo a las tres y media, por acompañar al padre y porque, qué caramba!?, tengo hambre!!! Y si a las cuatro y media Mario merienda, pues yo no voy a ser menos... O sea, que al final como, recomo, meriendo y remeriendo... y cuando llega el momento también ceno!
Que la báscula me coja confesada!!!


lunes, 11 de marzo de 2013

De parto...

No, no he roto aguas. Ni si quiera tengo contracciones. Y desde luego, esta no es la sala de monitores... Pero hoy vuelvo a estar de parto.
Doy a luz este blog con el único fin de crear un pequeño espacio en el que contar las aventuras (y desventuras, porque haberlas haylas!) que cada día me regala la maternidad... Y ya que estamos en el proceso de dilatación, me presento:
Soy Eva, una gallega afincada en Toledo. Hace dos años descubrí la extraordinaria experiencia de ser madre. Tanto me gustó que hace tres meses repetí. Ahora, lejos de mi líquido amniótico, que es Galicia, y una vez cortado el cordón umbilical que me alimentaba, que es mi familia (la única que había tenido hasta ahora... padres, hermanas, abuelas...), comprendo el completo significado de ser madre. Ahora tengo dos seres maravillosos que sacan lo mejor de mí misma e incluso despiertan capacidades hasta ahora desconocidas por mí.
Y creo que ya he alcanzado los ansiados 10 centímetros... Qué fácil esta vez!
Llega el momento del expulsivo!
Respiro hondo.
Me armo de fuerza...
...Y empujooooo!!!
Sin llantos, sin dolor, sin epidural... Aquí está mi nueva criatura. Desde hoy, querido diario, prometo mimarte siempre y todo lo que me dejen tus hermanos...