domingo, 26 de mayo de 2013

Una mirada tuya!

Ser madre es la mejor experiencia que he tenido nunca. Lo he dicho una y otra vez. Sin embargo me he dado cuenta de que la maternidad, en ocasiones, nos aleja de algún modo de la realidad.
Cuando me convertí en madre, sin querer, dejé atrás muchas cosas importantes de mi vida. Mis hijos acaparan la mayor parte de mi tiempo, mis preocupaciones, mis pensamientos... En momentos dejé un poco olvidados a los amigos (aunque he de decir que muchos "amigos" se olvidaron completamente de mí, de los míos, cuando nacieron nuestros hijos... cosas que pasan...); también dejé de salir, de viajar o de comprar para mi... Pero la que realmente más me molesta de todas estas renuncias, a veces voluntarias, a veces obligadas, pero siempre inevitables, es la de la vida en pareja, de pareja. Y es que cuando tienes un hijo cambia la relación: hay menos momentos de intimidad, menos cenas a solas, ya no hay tardes de peli y palomitas sin interrupciones ni noches de juerga y rock and roll... Pero cuando tienes dos hijos la pareja ya no es de dos! Cuando uno deja de llorar el otro quiere hacer pis y así siempre... si no tienes que cambiar un pañal, dar la teta, preparar la merienda o jugar a los coches, tienes que tender la ropa, preparar la comida, poner dibujos, pintar o hacer la bañera... Y con "tienes" me refiero a "tenemos", los dos, porque en casa lo repartimos todo. Vamos, que hay días que cuando conseguimos que se duerman los dos, caemos rendidos en la almohada sin haber compartido un rato de charla con nuestro compañero del alma... O lo que es peor: después de varias discusiones por, por... ya no sabemos ni por qué!
Y el beso de buenas noches? Hace cuántos días que no hay beso? Ufff eso ya ni se sabe...
Pero, de repente, en medio de un sinfin de tareas, de vaivenes, de suspiros interminables, encuentro esa mirada que me recuerda que seguimos siendo dos, que todavía existe esa complicidad que no necesita de palabras. Una mirada que eclipsa todas las dificultades y sinsabores. Una mirada que me hace sentir la elegida. Una mirada llena de amor, de comprensión. Una mirada que me invita a reirme de mi propia desesperación. Una mirada, la tuya, que me recuerda lo mucho que me quieres; lo mucho que te quiero. De repente todo tiene sentido, vuelve el gran equipo que formamos desde hace 7 años. Yo intento devolverte los mismos sentimientos a través de mi mirada. Y es entonces cuando miramos juntos a nuestro alrededor, a nuestra vida, esta tan bonita que hemos construido juntos, poco a poco, y que dos fierecillas preciosas han llenado de felicidad!

El día antes de casarnos...

5 comentarios:

  1. Precioso....entiendo perfectamente la fuerza de esa mirada...Ali

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  2. es el amor ! eso es amor !

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  3. Qué bonito, Evocha... precioso!!!! a ver cuándo nos vemos, por cierto... Sé que siempre lo decimos, pero a ver cuándo se hace realidad!!! Bicos a los 4, rapaza :)

    Ana

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