miércoles, 13 de marzo de 2013

De superpadres...

Siempre admiré a mis superpadres y sus superpoderes. Entre todos los que tienen, y son muchos, me impresionaba la fuerza de mi supermadre, que después de pasar todo el día trabajando fuera de casa nos recogía a las 6 de la tarde en el colegio y nos llevaba volando para llegar a tiempo a ver Heidi (o Pipi Calzaslargas o lo que tocara en cada momento) mientras merendábamos... Ahora no sé quién disfrutaba más de aquellos ratitos, si nosotras o ella... (Desde que es abuela echa mucho de menos aquella época de elegir telas para hacernos los vestidos más bonitos del mundo y peinar largas melenas al más puro estilo Rapunzel...). Mi supermadre todavía conserva sus superpoderes. Tiene la misma fuerza, que dosifica en sus largas horas de oficina, y la utiliza para poder hacer la compra, llegar a casa, limpiar, planchar (si no toca tender antes una lavadora), preparar la comida del día siguiente, ir a yoga y por fin asaltar el sofá después de cenar para pronunciar una de sus frases favoritas: "es la primera vez que me siento en todo el día". Su fuerza, su tesón, su empeño y el amor por los suyos, que es el que dirige al resto de sus superpoderes, hacen de mi supermadre una visionaria, porque ella, desde mucho antes de que lo hiciera Obama, nos viene repitiendo cada día (con su ejemplo y sus palabras) eso de "Yes, we can!".
Creo que tiene otro superpoder único en el universo y es su capacidad de quedarse dormida en los lugares y posturas más incómodas jamás vistas y dormir plácidamente! Pero este ya es otro tema...
Mi superpadre también tiene superpoderes! Tiene uno que ya casi se ha extinguido entre los superhéroes: el buen humor! Desde que puedo recordar, mi superpadre nos ha despertado tooooodas las mañanas con la mejor de sus sonrisas. Siempre amable, mi superpadre es un galante caballero, bromista y promotor de ese buen humor contagioso que hace que la vida sea más fácil y apetecible! Él, a pesar de haber tenido un mal día, nos acompañaba por la noche a la cama con su mejor cara siempre (porque los problemas los dejaba fuera del alcance de las niñas, como los medicamentos) y nos leía cuentos antes de dormir. Aunque a mi hermana Cris y a mi (Bea, tú eras muy pequeña...) lo que más nos gustaba era que nos contara sus historias de niño, sus aventuras en los Maristas o en el internado de Guadalajara... Las contaba con la misma pasión y entusiasmo con los que hoy echa carreras de coches con su nieto Mario o pasea con su perro, Vainillo. Se implicaba tanto (incluso reproducía sonidos como el mismísimo Larvell "Ruiditos" Jones en Loca Academia de Policía!) que siempre conseguía el efecto contrario al que buscaba... en lugar de dormirnos, nos espabilaba y abría nuestro apetito de historias y más historias... No sé si era consciente de que a través de sus ratos con nosotras, en los que animaba a nuestra imaginación a dar el estirón, logró inculcarnos muchos valores como la amistad, la generosidad, la humildad, el compañerismo o el honor (seguido de un largo etcétera...), y siempre con buen humor!
Hace poco alguien me dijo que cuando nos convertimos en padres desarrollamos superpoderes... Yo, si no es mucho pedir, quiero los mismos que tienen mis superpadres!


4 comentarios:

  1. Sin palabras, que bien lo expresas todo, no pierdas las mañas y sigue deleitándonos con tus inquietudes, recuerdos, vivencias, etc. etc.
    Enhorabuena

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  2. Verdad, verdadera!!! cuanto tenemos que agradecer a nuestros papis. Que lujo!!
    Te seguiremos en tus aventuras!!!
    Enhorabuena.

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  3. pero yo no había escrito aquí ya ? ay por dios, que no soy super nada ... bueno si, soy superpaloma ! jajajaja

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    Respuestas
    1. Siempre serás una supermadre y una supertía en el sentido más amplio de la palabra!!!

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