jueves, 14 de marzo de 2013

...Y de superhijos

"Mamá, quiero hacer pis en el orinal". Esta es la frase que más se escucha en casa últimamente! En el momento en que suenan esas palabras con voz frágil pero segura, dejo todo lo que estoy haciendo; da igual tirar el móvil, quitar a la niña de la teta y tumbarla en la hamaca, o soltar el estropajo y secarme rápidamente las manos... En el momento en que Mario me comunica que quiere hacer pis, corro a lo  Aries Merritt para bajar el pantalón y ese calzoncillo minúsculo que usa ahora y ayudarle a sentarse en el orinal. Tan sólo unos segundos después, él, muy contento, me dice "ya he hecho pis" y se levanta al tiempo que se gira para observar su gran hazaña. Y aplaude.
Yo, que le animo desde la grada, aplaudo también; jaleo y le llamo campeón una y mil veces! Siento el orgullo desmedido de una madre que presencia los pequeños grandes logros de su hijo. Me siento feliz. Mario se siente feliz. Sonríe con la cabeza alta.
Mientras, Carmencita (así la llama Mario) observa la escena, atenta, como si entendiera lo que está pasando, el gran paso que está dando su hermano, y nos hace partícipes de sus avances, porque también los hay.
De repente, y sin previo aviso, nos mira y sonríe. Hace algún gorgorito (que estoy segura que significa "bravo, campeón!") y, cuando le apetece, responde a nuestros besos con dulces carcajadas...

Esto, señores, son superpoderes! Los superpoderes que tienen nuestros superhijos, que hacen que algo tan cotidiano como hacer pis o sonreír se convierta en un gran momento, importante donde los haya, de nuestra vida juntos...




3 comentarios:

  1. me pueden rechiflar esos calzoncillitos ... y llamarle carmencita a tu niña, me encanta ! ay dios mío, cómo van creciendo. uno ya pide pis y caca y otra que ya rie y gorgoritea . esto no puede ir mejor ! paloma

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  2. Como somos las madres, festejas, ries, lloras, aplaudes, riñes, quieres, y un sinfín de cosas más y todo por ellos, por esas personitas tan maravillosas que han llegado a tu vida y la cambian por completo. Sigue disfrutando de tu maravillosa familia y Bendito sea el cambio (cansancio, noches sin dormir, carreras, cañitas, conciertos, etc.) merece la pena.

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