viernes, 29 de marzo de 2013

Flores en días de lluvia

Desde que llegamos a Ourense el domingo pasado apenas ha dejado de llover... Tan sólo pequeñas treguas que nos han permitido salir a pasear una tarde y jugar en el parque otra mañana... Pero la lluvia no ha sido el único inconveniente de esta extraña Samana Santa... Los mocos y las fiebres, como no podía ser de otro modo, también han hecho acto de presencia. Menos mal que aquí tenemos un buen equipo de adultos con imaginación de niño que hace que los días grises se iluminen incluso dentro de casa...
Algunos de los placeres de interior de los que hemos disfrutado pasan por la degustación de la "Palomeque", así hemos bautizado en el 6º C a la deliciosa tarta Sacher que la prima Palo preparó para el cumple de la prima Saleta. También están los dibujos que pintamos con la prima Eli, las carreras de coches con el primo Julio, conocer a la nueva primita Daniela mientras saboreamos un exquisito granizado de fresa natural hecho por el primo Gabi, los baños y chapoteos con la abueliña, afeitarse con la espuma del abuelo y, cómo no, las innumerables aventuras que vivimos con Cuscús cada día!
Carmen y Mario están disfrutando mucho aquí! A la peque no le faltan brazos que la quieran coger, y hasta tiene un guardián peludo que no se separa de su carro cuando duerme y la protege frente posibles intromisiones en sus dulces sueños (porque cómo está durmiendo de bien mi niña! Sí, la que no nos dejaba descansar ni de día ni de noche hace sólo un mes!). Y Mario... Mario está desarrollando nuevos superpoderes! Tiene dominado el tema de ir al baño; tan sólo usa el pañal para dormir por las noches y aún así se despierta seco y pidiendo que le lleve a hacer pis!
Ayer por la tarde salimos a la calle con la abuela y Cuscús a pesar de que el cielo amenazaba abiertamente con lluvia... Dimos un paseo y nos adentramos en la boca del lobo: el centro comercial. Después de esquivar mareas de gente, aguantar mucha mala educación y agobiarnos sobremanera, decidimos volver a casa. Fue en ese momento en el que la lluvia nos agasajó con su presencia. El camino de vuelta al ritmo de un niño de 2 años se alargó un poquito en tiempo. Menos mal que llovía flojito! Carmen lloraba dentro de su carrito vestido de burbuja. Quería comer y yo quería llegar a casa para poner fin a su hambre... Le pedí a Mario varias veces que aligerara el paso, que Carmencita quería teta. Pero de repente, en uno de mis requerimientos de aceleración me giré y vi a mi amorciño cogiendo dos florecitas con la abuela. Con una en cada mano vino corriendo hacia nosotras. Con su parka verde y la capucha puesta. Levantó la cabeza, nos regaló la sonrisa más bonita del mundo y de repente, bajo la lluvia y el cielo oscuro, nos dio esa flor amarilla que brillaba más que cualquier sol de verano... Entonces recordé esto que leí en un blog precioso:

"RESPIRA. Serás madre toda tu vida.
Enséñale las cosas importantes. Las de verdad.
A saltar en los charcos, a observar a los bichitos,
a dar besos de mariposa y abrazos muy fuertes.
No olvides esos abrazos y no se los niegues NUNCA:
puede que dentro de unos años los abrazos que añores
sean los que no le diste.
Dile CUÁNTO LE QUIERES
siempre que lo pienses.
Déjale imaginar. Imagina con él.
Déjale llorar. Llora con él.
Las paredes se pueden volver a pintar.
Los objetos se rompen y se reemplazan
continuamente.
Los gritos de mamá
DUELEN PARA SIEMPRE.
Puedes fregar los platos más tarde.
Mientras tú limpias él crece.
Él no necesita tantos juguetes.
Trabaja menos y quiere más.
Y, sobre todo, RESPIRA.
Serás madre toda tu vida.
Él sólo será niño una vez."

Esas flores en días de lluvia son las que hacen que la vida sea maravillosa!

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