martes, 19 de marzo de 2013

Querido papá:

Hoy no llegaré a casa con una piedra pintada de mariquita para que utilices de pisa-papeles en la mesa de tu oficina. Ni si quiera podré darte un beso antes de que vayas a trabajar. A cambio te llamaré para felicitarte el día y mandarte un beso a través del teléfono (maldita distancia!). Y ya está. Porque aunque somos de charla fácil y palabra ligera, a los dos nos cuesta decirnos a la cara algunas cosas, como por ejemplo "te quiero". Vamos, a tí hasta te da la risa cuando te pido un beso! Sin embargo hoy te lo voy a decir (aunque sea por escrito, que es algo más fácil para mí).
Te quiero y te requetequiero cada día de mi vida! Te quiero por haberme sacado el pañal cada vez que entrabas en casa solo para que yo me sintiera más cómoda y liberada (así lo cuenta mamá, que también dice que nos los sacabas muy rápido pero nunca nos los ponías... jajaja). Te quiero por haberme llevado al cole cada mañana hasta que fui capaz de ir sola. Te quiero por abrazarme cuando lloraba, encenderme la luz del pasillo cuando tenía miedo o contarme historias cada noche para que pudiera dormir con una sonrisa. Te quiero porque me llevabas al lago secreto a vivir aventuras con mamá y las niñas. Te quiero por ayudarme con los deberes aunque llegaras tarde del trabajo. Te quiero por animarme siempre, incluso en mis fracasos, a seguir adelante.Te quiero por no perderte ni un partido de baloncesto de los que jugué aunque fueran insufribles. Te quiero por apoyar siempre, de manera incondicional, mis decisiones aunque a veces sean arriesgadas, incorrectas o peligrosas. Te quiero porque me das los mejores consejos. Te quiero porque me enseñas cada día a querer ser mejor. Te quiero porque preparas los mejores desayunos del mundo. Te quiero porque eres positivo, siempre. Te quiero porque me contagias la risa incluso cuando no hay que reir. Te quiero porque eres entrañable con tus despistes, con tus rollos patateros, con tus doscientas llamadas al día, con tu Vaini... Te quiero porque, por encima de todo, me has enseñado que la familia siempre tiene que estar unida. Te quiero porque adoras a tus nietos. Te quiero porque me enseñas cómo tratar a las personas. Te quiero porque eres especial, auténtico y único. Te quiero porque eres el mejor padre del mundo.
Te quiero.


3 comentarios:

  1. don santiago hoy echará una lagrimilla . muy bonito amiga bloguera ! feiz día del padre . paloma

    ResponderEliminar
  2. Lagrima va lagrima viene. Bonita felicitación. Enhorabuena por tener ese padre tan maravilloso que describes y tienes. Disfrutalo mucho.
    Mañana más. E.G.

    ResponderEliminar
  3. Eva Conde-Corbal, me ha encantado. Gracias por hacerme recordar momentos tan entrañables que me ponen una sonrisa en la cara. Pues, alá vou! Pa, yo también te quiero. Por llevarme contigo a ver el fútbol (cervezas para mí y "fantitas" rebajadas para ti). Por hacerme tragar pelis malísimas que no paramos de criticar hasta que acaban. Por compartir aficiones, como la de coleccionar recortes, miles de recortes que quizás nunca volvamos a leer, pero oye, los guardamos por si acaso. Por contagiarme ese exceso de mimo y cuidado para con Vaini (aunque sólo lo haga cuando tú no estás). Por hacerme confidente de todos los líos en que te metes/te meten, aunque me acabe ríendo y preocupándome, al mismo tiempo, por lo inconsciente que eres a veces. Por haberme hecho una amante de la lectura gracias a ese Mortadelo que me regalabas cada domingo. Por haberme convertido en tu "Santiaguiño" desde que me conociste (siento la decepción de no haber nacido con pito). Porque gracias a ese embrutecimiento me hiciste creer que era fuerte, que podía aguantar cualquier dolencia sin convertirme en una víctima. (Aunque ahora no dejes de decirme que debería feminizarme, creo que es un poco tarde). Por tus historias, tus "dibujos", tus canciones, tus meriendas de sábado tarde para ver los dibus del hombre de goma y el Equipo A. Por bajarnos en pijama al coche y llevarnos al puente romano para que nos diera vacío en el estómago, sólo porque nos gustaba esa sensación. Por estar ahí siempre. Por preocuparte de todo. Por tu buen humor, que ojalá se me contagiase más a menudo. Por pensar siempre en los demás. Por no importarte salir perjudicado si con ello ayudas a quien lo necesita. Por ser un fantástico padre y un magnífico abuelo. Y, en definitiva, por darme un gran ejemplo de qué tipo de persona quiero ser.
    Kichi

    ResponderEliminar

Deja tu nombre y, si quieres, tu correo electrónico