Ay, qué fácil ha sido siempre dar consejos, enseñar lecciones y guiar a los demás! Pero qué pasa cuando la rabieta la tenemos nosotros? Qué pasa cuando somos nosotros mismos los que tenemos que adoptar nuestros consejos, aprender nuestras lecciones y seguir el camino indicado? Pues en mi caso se derrumban las palabras y los ánimos...Y no me siento con moral ni autonomía suficiente como para decirle a nadie que no llore, que no se enfade y que no patalée. Y menos a un niño de dos años.
Pues ahora mismo me encuentro en ese punto. Estoy en el momento en que me pongo la máscara de dura para no derrumbar en un instante el castillo de ejemplaridad que una madre construye desde el minuto uno de tener a su hijo.
Ahora mismo me gustaría patalear, gritar y aferrarme con uñas y dientes a las paredes de mi casa como se aferra un niño a las piernas de su padre en la puerta del colegio...
Ahora mismo pienso que es demasiado pronto para tener que separarme de mi niña!
Ahora mismo creo que en los días que me quedan de baja no podré mirarla incansablemente; acariciarla, besarla y abrazarla lo suficiente; darle pecho todo lo que lo necesite o cantarle canciones tanto como me gustaría...
Ahora mismo me repito a mí misma "las rabietas no molan nada".
Pero ahora mismo no puedo evitar sentir rabia al ver que se acaba el tiempo...
Javi, por Bea Conde-Corbal |
pero si tienes todo el tiempo del mundo ! un par de gritos en el jardín y arriba !
ResponderEliminarAy, tía, que me tengo que reincorporar el jueves de la semana que viene al trabajo y tengo hasta ansiedad de lo mal que lo llevo...
EliminarCuanto lo siento!!
ResponderEliminarEn cuanto a las rabietas yo te recomendaría leer los libros de Rosa Jové o Yolanda Gonzalez.
Muchos animos. Bss
Muchas gracias, reina! Pero si te soy sincera son peores mis rabietas que las de Mario! Pffff
EliminarJo las xoubis....
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