martes, 9 de abril de 2013

Vértigo

Hoy he sentido vértigo. Pero no ese vértigo de cervicales que hace que todo dé vueltas a tu alrededor aunque estés tumbado. Tampoco era el vértigo que con la edad se ha ido apoderando de mi igual que lo hizo con mi padre y nos impide disfrutar de bonitas vistas a veces... El vértigo que he sentido hoy tiene que ver con el tiempo, con la velocidad a la que pasa todo...
Hoy, 9 de abril, Carmen cumple 4 meses! Cuatro meses ya! Dentro de nada me tendré que reincorporar al trabajo. Me tendré que separar de ella y sólo pensarlo ya me duele como si me arrancaran un riñón...
Para ella cumplir hoy cuatro meses tampoco ha tenido mucha gracia... Comenzaba el día recibiendo cuatro vacunas. Así, de regalo de primera hora... Pobrecita mía! Lo que ha gritado y llorado... Eso sí, en cuanto la cogí entre mis brazos se calmó!
Ay, mi Carmencita... Últimamente me he dado cuenta que la dependencia que tienes hacia mí es mutua. Sí era consciente de tu necesidad de mí, de mi teta, de mis brazos, de mi voz, de mis caricias... Pero ahora reconozco mi propia necesidad  de ti; de tu sonrisa al despertar, de tus gorgoritos a todas horas, de tu mirada en busca de la mía, de tu carcajada suave al acercarme cosquilleante a ti, de tu mano agarrando fuerte la mía... Debí haberlo sospechado cuando me sorprendía a mí misma mirándote embobada sin que nada más en el mundo importara o estuviera pasando... Debí sospechar cuando las noches en las que empezaste a dormir muchas horas seguidas sin arrimarte a mi pecho echaba de menos tu calor... Ahora ya no lo sospecho; lo sé. Te necesito tanto como respirar, y me está costando mucho, muchísimo, ver pasar el tiempo tan deprisa sin poder hacer nada más que acompañarlo...
Cada vez que pienso que Mario ya tiene dos años me recorre un escalofrío desconcertante por la espalda... Y ahora, que te miro a ti y veo un bebé precioso que empieza a voltearse, a jugar, a reír, a querer incorporarse para descubrir todo lo que hay a su alrededor... me doy cuenta de lo importante, de lo valioso que es el tiempo. Saber aprovecharlo, saber disfrutarlo, saber exprimirlo. Hasta la última gota, el último tic-tac. Hasta los malos tiempos...
Mi madre siempre nos había dicho lo rápido que pasa el tiempo cuando eres madre y ves crecer a tus hijos... Siempre pensé que exageraba, pero no. En esto, como en todo lo que dice y me ha contado, mi madre también tenía razón. Es como eso de que las cosas malas parece que nunca terminan y las buenas pasan volando! Así es. Yo, como mi madre, ahora desearía poder parar todos los relojes del universo. Congelar el tiempo para poder disfrutar plenamente de este maravilloso momento, de estos maravillosos hijos que tengo, siempre. Sólo eso.

La persistencia de la memoria, Salvador Dalí

1 comentario:

  1. y cada momento tiene su aquel.no tengas pena amiga bloguera, es ley de vida que los días pasen, vuelen ... hasta los malos . lo sé bien. besazos .

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